Está de moda el "novedoso" siglo veintiuno, pero áun nos enfrentamos a un dilema no resuelto desde el nacimientos de nuestras repúblicas en el lejano siglo XIX, escoger entre lo militar y lo civil. Más allá de cualquier consideración y del porvenir, éstas y éste serán inciertos si de una vez por todas no terminamos de escoger entre Simón Bolívar y Andrés Bello, entre Pedro Carujo y José María Vargas, entre estos capitanes y tenientes coroneles que pretenden regir los destinos de la nación hasta el fin de sus siglos y el Dr Claudio Mendoza, Mariano Picón Salas o Jacinto Convit. Tan sencillo como eso, olvidarse de la capa y de la espada, del lenguaje florido de la gloria militar, del caballo blanco de Simón Bolívar, del plomo parejo, el rodilla en tierra, los batallones, los toques de diana, el patria o muerte y optar por las caminerías, las plazas, los museos, los espacios peatonales y el tránsito civil.