1 de abril de 2009 a la(s) 6:45
mientras escribo escucho los diálogos de una película que no veré, me conformo con escucharla, golpean a un gordo, son hombres malos contra hombres buenos, ambos bandos muy violentos, unos deben acabar con los otros, no del todo, desde que el mundo es mundo ha sucedido así, unas veces con gran drama, otras con perfecta inocuidad, la tierra se abre y los mares se agitan, no siempre gana el mejor, ni el que tiene la razón, ha pasado esa etapa de mi vida, ¿entiendes? trato de acordarme de un diálogo de la película y no puedo, creo que la heroína ha abierto la boca y un moscardón le zumbó cerca, luego de cierta edad, y si no eres tan inflexible, te darás cuenta de que has vivido varias vidas, que has muerto y renacido, que has vuelto a morir, detesto la música con la que me enamoraba hace años, detesto algunos paisajes, me detesto a mi mismo sobrado, bailando en un terraplén, hay cosas que aún me ponen en guardia, el beso de amor cuando da un giro en una esquina y se pierde sin dejar un rastro, en algún momento me tengo que detener, soy un hombre viejo, un hombre tipo obstinado que escucha a maroon five, y cree que puede continuar por la vida sin resentirla: un hombre de tu edad que escuche con esperanza tonta las canciones de amor o de gloria de los adolescentes debería pegarse un tiro, mirar por la ventana hacia el pantano o recoger coles, la suma de tus vidas da una figura asimétrica y nada más, es una asunto de geometría básica y esas cosas, nunca pierdas la pasión, muévela y detrás de ti irán todas las abejas.