miércoles, agosto 06, 2008

Mejillas

Dos jarras, tres, las cervezas las bebe en jarras y mira a la gente pasar por su lado, la terraza es grande, un rectángulo se une a otro, la feria, la noche de verano, la gente usa ropa de invierno en el sur, se caga de frío y calza en sus cabezas gorros de lana azul, al norte sus mejillas, los ojos, azules o negros, el pelo de la niña, ella sonríe, sonríe y lo incomoda, de eso va el juego en esta ciudad pequeña, en otras épocas fuimos monstruos y cultivábamos el mal, una caperuza y el visaje, el rojo riela en la noche bajo las bombillas tristes, es un tranvía, injuriable, injuriable ¿Cómo lo diría en francés? si estuviera en Guadalupe, ¿Cómo lo diría? Guadalupe, Guadalupe, ¿Cómo lo dirían en Guadalupe? su belleza sobre las rodillas, el clisé, uno dos, tres clisé, la ronda de cervezas y la injuria en Eritrea, en las colinas balcánicas, en Atenas. Por los lados de Garibaldi asoman las columnatas y los balcones, ciudad extraña, es la altura, todo da vuelta, la nieve y sus labores hacen figuras en la boca del volcán ¿Querías una aventura? Repiten, los mares del sur, los desiertos de Mongolia, se nace Bruce, se vive Bruce, se muere Bruce; en Coayacan vi a La Flaca, es un recuerdo sobre otro recuerdo, una oruga sobre los adoquines de Coayacan, La Flaca es más vieja ahora, dicen, ni siquiera sabemos si existe ¿Entiende usted? Era andrógina entonces, todos fuimos andróginos entonces, no todo el mundo puede ser Bruce, la senté y la injurié, tenía las mejillas quemadas por el frío entonces, me tocaba sobre el pantalón entonces. Meigas. Meigas lavandeiras, se muere Bruce, de tos ¿Sabes? La cabeza olvida, a esa cabecita continúan entrando los torbellinos tramposos, se lleva el índice y el anular a la cabeza, se lleva ambas manos a los oídos ¿Y a su cabeza? ¿Al rostro iluminado por el alcohol y las drogas? El cuerpo no olvida, toca, toca sobre el pantalón y cómo -sí Dios - cómo se para.

Tercer día de Cuaresma

  Memento Mori Israel Centeno Si solo das cuenta del afán y los éxitos, darás cuenta del costo. No hay victoria sin precio, ni altar sin fue...