Las frases más significativas de Simón Bolívar, las más redondas, las más felices fueron, a mi criterio, aquellas en la que despojado de sus ambiciones, nos requirió desde su civilidad republicana más sencilla:
"La continuación de la autoridad en un mismo individuo frecuentemente ha sido el término de los gobiernos democráticos. Las repetidas elecciones son esenciales en los sistemas populares, porque nada es tan peligroso como dejar permanecer largo tiempo en un mismo ciudadano el poder. El pueblo se acostumbra a obedecerle y él se acostumbra a mandarlo, de donde se origina la usurpación y la tiranía.”
No habla como libertador, ni es su espiíritu militar y centralista quien se expresa; es la invitación de un hombre libre a otros hombres libres; nos convoca y se convoca así mismo en contra del poder perpetuo y absoluto.
Nada que ver con el clarinete disonante de Hugo rey.