Murmura y da vuelta sobre sí mismo, Venecia huele mal, dice, septiembre tiene otro nombre, dice, una mujer pide ayuda a mitad de la noche, puede ser ella ¿pudiera? Ha vuelto de alguna manera y es distinta, me invita a acompañarla en un rústico destartalado, de hecho no tiene un rústico destartalado, pero me lleva en un rústico destartalado y conduce muy bien. Está en problemas ¿Ella en problemas? No sabe volver de un callejón sin salida, dar la vuelta al recodo. Suma. Es imposible, a pesar de conducir muy bien, verla en otros circuitos, sus circuitos son concéntricos y es un bólido, quisiera decir ¿Y entonces? ¿Te atreves a sentarte en el parque y morir, o a morir sencillamente en tu cama atorada de chismes ? ¿Reproducir también al aire? R va a el Zigual a encontrarse con la mujer del concesionario de autos, es una mujer sudada, es una mujercita, dices, es una cosita y R atraviesa esas humedades del llano y se (¿me?) degrada con ella. ¿Acaso lo cree? ¿Piensa en ti? Piensa en la casa, en el papeleo y en la burocracia, en el pago de los impuestos y en la mujercita del Zigual. En las afueras del Zigual hay varios moteles. Una capa de zancudos descansa sobre las piscinas de esos moteles, qué importa, ella también le hace lo mismo al dueño del concesionario y el dueño del consesioanrio le compra a R y le guiña un ojo, el adulterio es casi un pecado venial, le dijo un cura de Los Morros trás la rejilla del confesionaro, no cometas adulterio con dioses ajenos y eso basta ¿Entiendes? ¿Lo entiendes? Me doy una vuelta y pido una crepe con nuntella en Convention, bajo dos cuadras y el viento barre a la gente hacia las puertas del metro en París, vienen con su baguette bajo el brazo y entre la multitud vuelas tu, delgada como una libélula, pesada con tu carita feliz; hola, quiero saludarte ¿Vienes de Orsay? No me atrevo, me gustaría tener un auto, destartalado como la camioneta del otro sueño, y pasearte por Orsay, meter la mano entre tus piernas y con el dedo medio buscar ese sitio donde una coma trémula cae y palpita mojada, el terror rojo, debajo hay pasadizos entre una ciudad enterrada y otra, las cloacas por donde escapas. Tenía sentido la vida entonces y en Londres también, sobre los bancos de cedro al lado de un cementerio: trás de las verjas comienza otra vida, en verano, en verano, mi amor, en verano, esa es mi angustia, esa es mi angustia, es verano, otro más. Mierda, viene el otoño y las ventiscas frías, las primeras, esas ráfagas de hojas y de cabelleras, pintaré las puertas de azul y viviremos donde vivió William Butler Yeats ¿ Por qué siempre vienes ectoplasmática? no me dejas ¡ Dos días! Pobre mía. ¡Pobre, me has largado al carajo! al mismísimo: me desapareciste al llamarme, detonaste esa bomba y toda la culpa fue mía, ahora tengo pocos ahorros y me agobian las deudas, el país se acaba hasta en la realidad, mi dolor se ha prolongado, es insuperable, murmuro y doy vueltas, me dice, es cierto, creélo; me enmarcaron en un cuadro diminuto, mira, mira, las cuentas no me dan tanto para esto y otro tanto para aquello, esa suma es perversa y no te atreves, no sé cómo hiciste aquel par de días para arrojarte sobre mi, galardones, galardones, no hay un lugar en la tierra, repites y vuelve a repetir en el sueño, no existe el pantano del exilio en los mares del sur o en el círculo ártico ni en la Patagonia: siempre quedará esa ciudad y un bote en los canales, un sitio para calentar el té, para las galletas y las manzanas, el amor o eso, es otro sueño, y entre uno y otro nunca dejamos de coincidir últimamente, lo amado es inaprehensible, no es la vida, el orden seguro de las celdas, el calor de la hoguera,no, eso es otra cosa, gritas, la intemperie y la verja, el cementerio, todo lo indica: en una oportunidad te vi en un cementerio, fue el lugar donde entre juego y juego, con el dolor mediante, tejiste esa manta de humillación, pálida y hermosa, para echarmela en cara, ahora en los sueños, eres tal cual eres, cruel o egoista y este tiempo ha consolidado una lapa, una mina, una bomba, el placer fue subsidiario a la obsesión y por eso despierto a mitad de la madrugada, no del todo, coño, estoy soñando de nuevo , la estela, el año chino, incoherencias, ideogramas, te me refriegas como una gata, una, luego otra, luego permaneces como siempre, pulsátil y trágica, voy, de vuelta vengo, amanece, todos los sabores se reparten en la punta de la lengua, atrás y a los lados, estoy muerto cariño, el aire entra y sale de mis pulmones, al recodo de un largo camino, acostado sobre el monte estoy.
Manzanas.
Manzanas.